miércoles, 30 de marzo de 2011

Una amalgama de éxito y fama

Esta tarde oía en la radio un pequeño debate entre dos tertulianos acerca del éxito. Venía a cuento porque un responsable político de Galicia, conservador, ha dicho que en su territorio pretenden conseguir el éxito para todos desde la escuela. Y los tertulianos, progresistas ellos, se han lanzado a su yugular acusándolo de neoliberal y de aplicar criterios economicistas al proceso educativo que sólo debe sustentarse fundamentalmemte en los valores.
No soy conservadora, dios me libre, ni pretendo ser la defensora de nadie, pero me dedico a la educación y no quiero pasar de largo esta ocasión que puede confundir sus objetivos.
Tenemos la costumbre en España, no sé si también en otros países, de escuchar y creer lo que comentan supuestos expertos en cualquier tema, mi compañero Jacinto les llama "todólogos" porque lo mismo hablan de la vida sexual de las petunias que de la abstracción onírica de Rubens, aportando análisis, justificación, y juicios de valor. Hoy, estos todólogos han empezado por confundir el concepto del vocablo éxito,que el diccionario define como fin bueno de un negocio pero también como resultado feliz
El error está en tomar la parte por el todo, ¿por qué siempre que se habla de éxito hay que pensar que se trata de una percepción pública que afecta al conocimiento que los demás pueden tener de uno?; ése es precisamente el significado de  la palabra fama, noticia o voz pública de una  cosa,o también celebridad, gloria, renombre... Y todos socialmente identificamos fama con la imagen pública y la notoriedad conseguida sin esfuerzo, comerciando con la vida personal o dando "un pelotazo" informativo.Quienes nos dedicamos a la tarea de educar perseguimos como fin primordial el éxito de nuestros alumnos o de nuestros hijos; entendido el éxito precisamente en el mismo sentido que dice el diccionario, es decir, como el logro de una meta, y el negocio como el asunto que tenemos entre manos; la meta y el negocio se refieren a la transmisión de valores humanistas, a "conseguir la mejor versión de nosotros mismos" que diría Ken Robinson ; ése sería el éxito conseguido gracias al trabajo, al estudio, al esfuerzo, a la investigación... a la lucha por la vida  en palabras de Pio Baroja.
Sólo quien amalgama, confunde éxito con fama.
Así me  lo enseñaron mis padres, humildes y con escasos estudios primarios, que murieron con un profundo sentimiento de éxito porque habían conseguido estudios universitarios y estabilidad social y familiar para sus cuatro hijos; así lo transmito a mis hijos para los que quiero que  alcancen su éxito personal acercándose a sus sueños como ciudadanos del mundo.
Existe además el éxito escolar que el profesorado y las administraciones están obligados a perseguir trabajando porque todos los alumnos consigan, al menos, la titulación básica de partida, pero también que lleguen tan alto como sean capaces de llegar académicamente y que ésa sea la puerta para su inserción social y profesional. Con estos planteamientos no cabe hablar de fracaso, ni de frustración porque todos podrán recoger el fruto de lo que previamente hayan sembrado.

2 comentarios:

  1. Dedicado a Cerezuela, que no es un necio y no confunde valor con precio.

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  2. ... que valor no tengo, por mucho que me lo supusieran en la mili… y que en lo de necio ni salgo ni entro, ni quito ni pongo; en cuanto al precio, aunque no lo confundo (solo fundo, pero casi nunca desenfundo) tampoco ando muy seguro
    de sufrir el valor de confesar por cuánto me podría vender… en fin: solo estoy seguro, muy seguro, de no tener educación
    .........................................

    insisto: manda estas "cosas" tuyas al periódico-

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