miércoles, 9 de enero de 2013

RECHAZO A LA ZONA ÚNICA DE ESCOLARIZACIÓN DE CLM

El pasado 8 de enero la Consejería de Educación cultura y deportes ha publicado la modificación del Decreto de escolarización de CLM para establecer en las localidades donde existe más de un centro educativo la llamada zona única de escolarización. Eso significa que para acceder a un centro sostenido con fondos públicos todos los escolares de cualquier punto de la ciudad tendrán el mismo número de puntos por domicilio familiar, es decir, 10, con independencia del barrio donde residan.
La medida, lejos de mejorar los procesos de admisión de alumnos, viene a complicarlos porque, con el pretexto de garantizar la libre elección de centro, introduce elementos que perjudicarán notablemente a las familias castellano-manchegas al eliminar de un plumazo el criterio de cercanía y proximidad del domicilio familiar al centro educativo. Éste ha sido un factor percibido como muy satisfactorio por la población, como también lo fue el Decreto que ahora se modifica y que ha permitido en los últimos años a más de un 90 % de familias  de CLM, casi el 95% en la provincia de Cuenca, obtener para sus hijos el centro elegido en primera opción, lo que casi supone la garantía universal de libertad de elección de centro, al tiempo que ayuda a integrar a toda la población escolar y a vertebrar socialmente nuestras ciudades.
El nuevo Decreto provocará que muchos alumnos no puedan acceder al centro de su barrio, ni al más cercano a su casa; además, se producirá un trasvase masivo de los niños y niños de unos barrios a otros y una movilidad innecesaria, más tiempo de traslados, más tráfico en nuestros pueblos y ciudades.
Pero el peligro mayor  es, sin duda, que el Decreto favorece un claro desequilibrio en la distribución del alumnado, su concentración en determinados centros en detrimento de otros que se convertirán fácilmente en guetos por su ubicación en zonas desfavorecidas socioeconómicamente.
Parece clara la intencionalidad política de este nuevo Decreto que allana el camino a la puesta en marcha de la nueva Ley de educación, la LOMCE, que promueve la especialización de los centros escolares y anticipa la suscripción de nuevos conciertos educativos “a demanda de la escolarización”…
Y ésta sí que es la madre del cordero; los responsables políticos del Partido Popular, tanto en el Gobierno de España como en la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, Rajoy, Cospedal, Wert y Marín, vienen anunciando sin complejos, su voluntad de incrementar la presencia de enseñanza concertada en detrimento de la pública, en la que no creen.
Recazo rotundamente esta medida que, además de causar molestias y dificultar la vida de los castellano-manchegos, generará desigualdades entre centros, alumnado y familias y traerá consecuencias muy negativas para el sistema educativo y, por tanto,  para el conjunto de la sociedad.

lunes, 7 de enero de 2013

APRETEMOS LOS DIENTES Y PONGÁMOSNOS EN MARCHA

Enero de 2013.
Un nuevo año que promete ser peor que el anterior. En  lo social ya casi no queda más por destruir, a la dependencia se han sumado las escuelas infantiles, la atención a los mayores, los adolescentes, las mujeres, las familas con problemas. En sanidad, al desmantelamiento de la red tanto especializada como primaria y al descenso de calidad del servicio, solo le falta la privatización. En educación, si supiera rezar, lo haría por sentir que hemos tocado fondo con el aumento de ratios, el despido de interinos, el desplazamiento de maestros, la supresión de puestos de trabajo, el cierre de escuelas unitarias, la ridiculización de la formación del profesorado; pero  nos espera lo peor que va a más largo plazo y es la aplicación de la LOMCE.  Nos han impuesto un cementerio nuclear, nos van a dejar sin tren convencional, nos han subido los impuestos, nos han bajado los sueldos... La situación económica empeora, el dinero no fluye , los pequeños empresarios no tienen liquidez y entran en pérdidas, el paro aumenta y aumenta y los ciudadanos cada vez vivimos peor.
Así que, o nos cortamos las venas o  nos las dejamos largas, pero estamos obligados a reaccionar. A partir de ahora solo nos queda trabajar para que este sinsentido termine de una vez. Apretemos los dientes y pongámosnos en marcha.